Una tarde de abril del 2016
Cáceres, paso a paso, piedra a piedra
sábado, 12 de noviembre de 2016
sábado, 21 de mayo de 2016
Un día de campo (12 de marzo de 1950). El pintor Gustavo Hurtado Muro (1878-1960), hijo de Publio Hurtado, con su familia pasando un día de campo en La Montaña.
Gustavo Hurtado Muro
(Cáceres, 1878-1960)
El día 16 de diciembre de 1960, cuando contaba 88 años de edad, falleció en Cáceres don Gustavo Hurtado Muro, relevante personalidad de la vida cacereña sobre todo en el elevado campo artístico.
Don Gustavo –el mayor de los hijos del matrimonio de don Publio Hurtado, patriarca de las letras extremeñas, con doña María del Rosario Muro- nació en la prócer y heráldica ciudad cacerense el día 7 de octubre de 1878, siendo bautizado en la actual concatedral gótica de Santa maría, el día 17 del mismo mes.
Aficionado a la pintura desde bien pequeño, comenzó sus estudios sobre este arte bajo la dirección de don Andrés Valiente y, posteriormente, de don Luis Perate, profesor de dibujo del Instituto.
Cuando Hurtado Muro terminó el bachillerato marchó a Madrid para ingresar muy pronto en la Escuela de Arquitectura, centro académico en el que permaneció tres años.
También por entonces ingreso en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Ante la imposibilidad de simultanear los estudios en ambos centros, abandonó los de Arquitectura para dedicarse de lleno y por entero a los de pintura, bajo la dirección de los maestros Muñoz Degrain, Diósodro de la Puebla y Moreno Carbonero.
Gustavo Hurtado obtuvo una segunda Medalla el primer año y la primera al siguiente. El año 1900 concluyó sus estudios en la escuela de Bellas Artes, pero no conforme aún con la formación adquirida, perfeccionó sus conocimientos en los estudios de los artistas don Emilio Sala y don Francisco Pradilla.
Con el bagaje alcanzado, con la sólida preparación que poseía y con su vocación docente, Hurtado opositó a la cátedra de Dibujo del Instituto de Cáceres, que desempeño hasta su jubilación en 1948.
En 1907 fu nombrado profesor de Dibujo Geométrico de la escuela de artes industriales, creada por la Diputación Provincial.
En 1917 ganó por oposición la cátedra de Dibujo de la Escuela Normal del Magisterio de Cáceres.
En esos centros Hurtado realizó una magnífica labor, formando tantas generaciones de cacereños que hoy rinden el más sincero tributo admirativo al genial maestro.
En abril de 1905 se designo al ínclito cacereño Correspondiente de la Real Academia De Bellas Artes de San Fernando.
También perteneció desde muy joven a la Comisión Provincial de Monumento, al Ateneo cacereño y Museo Provincia.
Nos parece obligado dejar constancia de los afanes de don Gustavo por la defensa del tesoro artístico cacereño.
Aunque nada aficionado a la política, el profesor Hurtado fue nombrado Síndico del Ayuntamiento en 1923, concejal en los años 1927 y 1930, y diputado provincial en 1936.
Debe ser subrayada especialmente la actividad de Hurtado como pintor. Dotado de gran inquietud y exquisito temperamento artístico, se hallaba en posesión de un pincel admirable, prodigioso, con el que produjo cuadros de las más ricas calidades.
Poco dado a exponer sus obras, participo, sin embargo, en algunas exposiciones, cabiendo citar, entre las más importantes, la Regional de Bellas Artes, Industria y Agricultura de Béjar en 1903, la nacional de 1904 y la Regional Extremeña de Cáceres en 1924.
Algunos de los trabajos el famosos pintor cacereño pudieron contemplarse de nuevo poco antes de su fallecimiento en la capital.
En el orden humano, el venerable profesor estaba adornado de las más finas cualidades.
Por todo ello, la desaparición de don Gustavo Hurtado Muro causó el más hondo pesar en toda Extremadura.
A través del cronista, “Alcántara” expresa el testimonio de su sincera condolencia a la familia de eximio pintor.
Fuente: VALERIANO GUTIÉRREZ MACÍAS
sábado, 23 de abril de 2016
miércoles, 20 de abril de 2016
Fotografia de Javier hacia 1950. Se puede observar, a parte del crecimiento de Cáceres con respecto a la actualidad, detalles relacionados con la ausencia de emblemáticas edificaciones posteriores que vemos hoy en día, como el Hospital San Pedro de Alcántara, la "Torre de Cáceres", edificio Norba, Instituto el Brocense, Instituto Norba Caesarina, etc... También observamos la ausencia de edificaciones de menor o mayor importancia, o de lugares de interés para los viajeros, como la estación de trenes en Los Fratres.
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